CUESTIONES BÁSICAS ACERCA DE LA FISIOLOGÍA DEL DOLOR

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El dolor es el síntoma principal por el que acuden los pacientes a médicos y fisioterapeutas, la comprensión de este síntoma es esencial para lograr el desarrollo de un plan terapéutico eficaz.

El síntoma dolor es muy complejo, cada paciente tiene una experiencia subjetiva del dolor, se ve afectado por el estado psicológico previo y crea por sí mismo un estado psicológico propio.

La descripción científica del dolor podría ser: percepción subjetiva que se experimenta cuando se ven activados los receptores del dolor. Corresponde a la realidad, sin embargo hay aspectos no resueltos en el sentido de que se puede experimentar mucho dolor ante una lesión menor y poco ante una más grave, el dolor nos informa de que algo va mal pero no es fácil su interpretación ya que esa percepción individual varía enormemente de un paciente a otro.

Los receptores del dolor son terminaciones nerviosas que informan al sistema nervioso central que una agresión ha superado el umbral mecánico, químico o térmico que permite un funcionamiento estable y seguro de los tejidos afectados.

Si un dedo de la mano es golpeado por un martillo se producirá una sensación rápida e intensa de dolor, se acompañará de una retirada rápida de la zona afectada del lugar del impacto, las fibras mielinizadas Aδ han cumplido su labor rápida y eficientemente, poco a poco ese dolor agudo cede y se establece un dolor sordo, persistente, menos intenso, las fibras nerviosas aferentes C más lentas están actuando, nos informan del daño en los tejidos, las células que han sufrido lo peor del impacto y han sido dañadas liberarán bradiquinina, serotonina, etc., toda una serie de mediadores químicos que a su vez activan receptores nociceptivos, el proceso inflamatorio está en marcha. Es una ventaja evolutiva puesto que el territorio afectado se vuelve mucho más sensible y ello actúa como un factor de protección.

Podemos actuar con electroterapia en este proceso modificando la temperatura en los lugares precisos, actuando sobre las reacciones químicas e incluso sobre las vías aferentes sensitivas que transmiten el dolor, según la teoría de la puerta de entrada del dolor (Melzack y Wall) podemos saturar de impulsos sensitivos el asta posterior de la médula espinal de modo que se cierre la puerta a los impulsos dolorosos, podemos lograrlo con gran eficacia por medio de la electroterapia, con técnicas como la diatermia capacitiva especialmente, con el tens y con técnicas varias de termoterapia, incluso con masaje, de forma instintiva acariciamos la zona dolorida para reducir el dolor, el cuerpo sabe que puede saturar parcialmente de este modo las aferencias sensitivas y reducir la sensación dolorosa. Con los medios que nos proporciona la electroterapia podemos conseguir una inhibición del dolor mucho más potente.

Hay un elemento muy importante que afecta a la percepción del dolor: el terapeuta, cuando el paciente siente que a su médico o fisioterapeuta le importa su dolencia se establece una relación de confianza y con ello un estado de empatía que afecta favoreciendo desde el principio un cierto estado de inhibición del dolor tanto más elevado cuanto mayor sea la confianza y mejor la relación con el profesional sanitario. Si, con nuestra actitud y profesionalidad podemos influir positivamente en la percepción del dolor, nuestra autoconfianza en la capacidad para resolver la dolencia del paciente hará que se sienta mejor desde el principio.

Desde mi particular punto de vista basado en la experiencia de 25 años tratando pacientes con las más variadas patologías y con las descripciones subjetivas de dolor más diversas opino, basándome en lo anterior, que la diatermia CAPACITIVA y resistiva supone el conjunto de técnicas más potentes y eficaces en el tratamiento del dolor con electroterapia y ello es debido a múltiples factores que vamos a exponer.

ALTA FRECUENCIA, DIATERMIA CAPACITIVA – RESISTIVA Y SU ACCIÓN SOBRE EL DOLOR.

Cuando hablamos de diatermia capacitiva y resistiva nos estamos refiriendo a un tipo especial de corrientes de alta frecuencia que generan un aporte energético muy elevado, que por sus características especiales consigue que el calor se produzca en el interior del cuerpo humano y no por contacto como sucede con otras técnicas de termoterapia, ambos aspectos son fundamentales ya que por sí mismos justifican la eficacia de la diatermia en el tratamiento del síntoma dolor.

Cuando conseguimos elevar y mantener la temperatura en el territorio que deseamos estamos produciendo un efecto de fiebre local, los intercambios metabólicos se realizan a mayor velocidad debido a que hay un movimiento vibratorio provocado por el campo electromagnético, la velocidad a la que se producen las reacciones químicas se ve incrementada conforme aumenta la temperatura.

El movimiento de los fluidos se ve favorecido por el incremento de la temperatura, disminuye la viscosidad sobre aquellos tejidos a los que aplicamos diatermia capacitiva y resistiva, es por ello también por lo que la diatermia es tan eficaz en el tratamiento de las miogelosis ya que facilita el paso de gel a sol cuando se aumenta la temperatura en el territorio afectado.

Al aumentar la temperatura el nervio no conduce de igual modo la señal de dolor, ve dificultada su transmisión y al mismo tiempo los nervios aferentes saturan el asta posterior de la médula con la señal de calor, las causas que facilitan una inhibición del dolor se van sumando, el calor va a producir una respuesta de sedación, la musculatura se va a relajar, hay una respuesta de vasodilatación local donde aplicamos diatermia, con lo cual hay una activación de la bomba sodio potasio, se normaliza el pH, se produce un aumento de la nutrición celular, una mejor eliminación de los catabólitos, con todo ello el sistema parasimpático predomina y se eleva el umbral del dolor.

CORRIENTES DE BAJA FRECUENCIA.

Se consideran corrientes de baja frecuencia aquellas que actúan por debajo de los 800 a 1000 Hz., comprenden una amplia gama de tipos de corrientes usadas muy a menudo en fisioterapia, son capaces de actuar sobre el sistema neuromuscular produciendo tanto efectos de estimulación como de inhibición, en cuanto a los efectos que aquí nos interesan nos centraremos en su capacidad inhibitoria.

Dentro de las más conocidas se encuentran las corrientes TENS destinadas a producir un bloqueo del dolor, lo cual también puede conseguirse con diferentes tipos de corrientes variables. Con un equipo de corrientes de baja frecuencia podemos actuar sobre el tejido nervioso despolarizándolo llegando a producir un potencial de acción en relación directa a la intensidad aplicada, frecuencia, duración del impulso y del reposo. Según las variables aplicadas obtendremos una respuesta puramente sensitiva para el tratamiento del dolor específicamente, motora sensitiva e incluso dolorosa si sobrepasamos la intensidad bien soportada por el paciente.

En relación al tens y a la electro estimulación muscular siempre se plantea la duda con respecto a su eficacia, en realidad cuando no se obtiene el resultado que podemos esperar casi siempre se debe a un uso incorrecto, pensemos por ejemplo en ese estándar de aplicación de 10 minutos de tens que sabemos tan a menudo se usa, sin embargo conocemos a priori que no se van a obtener los resultados esperados con un tiempo tan breve de tratamiento, en el caso de producirse algún mínimo resultado la duración de la mejoría será siempre muy escasa.
Otros tipos de corrientes que podemos utilizar para tratamiento del dolor serían las Galvánicas, Diadinámicas, Träbert  y corrientes de media frecuencia como las interferenciales.

 

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